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Más de 20 tumbas han sido profanadas en el Cementerio de San Francisco de Asís de Maracay en lo que parece ser un antro de brujería. El cadáver de la partera del pueblo, Mercedes Sandoval, está sin cráneo y a la vista de los pobladores que durante 102 años conocieron de cerca su esfuerzo por traer al mundo a quienes nacieron en esa pujante zona del municipio Zamora.
El cadáver sin cráneo de la partera del pueblo, Mercedes Sandoval, permanece a la vista de los visitantes.
Lejos de ser un lugar para el descanso de quienes ya partieron de este mundo, el Cementerio de San Francisco de Asís ha sido tomado como centro para la ejecución de abominables actos de brujería, en los que se han profanado más de 20 tumbas sin que las autoridades tomen correctivos ante la situación.
Tabacos, cornesiervo y mercurio posan sobre algunas tumbas.
Cabezas de animales (chivos, cerdos y ovejos), gallinas en pleno estado de putrefacción, tabacos, pólvora, botellas de licor, y aterradores trabajos preparados a base de tierra de las propias tumbas con nombres de personas, son parte del escenario en el que se convirtió el cementerio, fundado hace más de 50 años, el cual se encuentra en total soledad ante el nerviosismo existente entre los familiares de los difuntos, quienes se abstienen de visitar el lugar.
La profanación es una constante en el Cementerio de San Francisco de Asís.
CRÁNEOS EXTRAÍDOS
A la vista de quienes visiten el camposanto se encuentra el cadáver, sin cráneo, de una de las personas más conocidas y queridas por los parroquianos por dedicarse en otra época a atender los partos de las residentes de la zona. Se trata de Mercedes Sandoval, quien a pesar de dedicarse a traer vidas al mundo, hoy es el fiel reflejo de la anarquía y la falta de autoridad que prevalece en el municipio Zamora.
La tierra de las tumbas es utilizada para la preparación de trabajos por quienes practican la brujería y hechizeria.
La tumba del conocido coleador Doni Bolívar, honrado por los lugareños en la manga de coleo que lleva su nombre, también fue víctima de daños, además de los espacios en los que reposan los cadáveres de algunos niños. La situación se repite en la mayoría de las tumbas, y lo peor es que los entierros continúan, pues hay familias que tienen terrenos adquiridos.
Según el relato de los afectados, en el lugar presuntamente se ejecutan orgías en las que los participantes aprovechan para consumir licor y drogas, valiéndose de la falta de vigilancia.
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