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Relatos de vida después de la vida
"Me estaba muriendo. Escuché cuando doctor me declaró muerto. Mientras estaba acostado en la mesa de operaciones del hospital grande, un zumbido fuerte y rudo comenzó a retumbar en mi cabeza.
Al mismo tiempo, sentí que me estaba moviendo a lo largo de un túnel largo y oscuro. Entonces, de pronto, ¡me encontré fuera de mi cuerpo físico! Como un espectador, observé los intentos desesperados del doctor por revivir mi cuerpo.
"Pronto... me encontré con un "ser" de luz que me mostró una recapitulación instantánea de mi vida y me ayudó a evaluar mis hechos pasados.
"Finalmente entendí que mi tiempo de morir no había llegado aún y que tenía que regresar a mi cuerpo. Me resistí, porque había encontrado que mi experiencia después de la muerte había sido bastante placentera. Pero, sin embargo, de alguna forma me reuní con mi cuerpo físico y viví"
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Yo estaba en una cama de terapia intensiva del hospital infantil de Seattle — cuenta Deán, adolescente de 16 años, quien tuvo una aguda insuficiencia renal. En un instante me vi parado sobre mis pies, y moviéndome con gran velocidad a lo largo de un espacio oscuro.
No veía paredes alrededor mío, pero me sentía como en un túnel. No sentía viento, pero percibía que me movía con una enorme velocidad. A pesar de no entender hacia dónde me dirigía, ni para qué, sentía que al final de mi intenso vuelo, me esperaba algo muy importante y quería llegar cuanto antes a la meta.
Al final me encontré en un lugar lleno de brillante luz y noté que alguien estaba cerca de mí. Era alto, con largos cabellos dorados y vestido de blanco, ceñido con un cinturón. No hablaba, pero yo no sentía miedo, ya que irradiaban de Él gran paz y amor.
Si no era Cristo, seguramente era uno de sus Ángeles." Después de esta experiencia, Dean sintió que volvió a su cuerpo y se despertó. Estas cortas pero luminosas experiencias dejaron una profunda huella en el alma de Dean. Se tornó un joven muy religioso, lo que tuvo una influencia benéfica sobre toda su familia.
Este es uno de los relatos típicos, recogidos por un médico — pediatra norteamericano, Melvin Morse y publicado en su libro, "Closer to the light" ("Hacia la luz"). Él se encontró por primera vez con el caso de la muerte temporal, en el año 1982, cuando revivió a Catalina, una niña de 9 años, que se ahogó en una pileta deportiva.
Catalina contó que durante su muerte ella se encontró con una "dama" muy amable que se presentó como Elizabeth posiblemente su Ángel guardián. Elizabeth recibió muy cariñosamente el alma de Catalina y conversó con ella. Sabiendo que Catalina no estaba todavía lista para pasar al mundo espiritual, Elizabeth le permitió volver a su cuerpo.
En este período de su carrera el Dr. Morse trabajaba en la ciudad de Pocatello del estado de Idaho. El relato de la niña le produjo una impresión muy fuerte, más todavía por el escepticismo que él tenía hasta entonces hacia todo lo espiritual. Él decidió estudiar profundamente qué es lo que acontece con el hombre inmediatamente después de la muerte. En el caso de Catalina, el Dr. Morse fue impresionado por su detallada descripción de lo que pasaba en el hospital y en su casa, durante su muerte clínica — como si ella hubiera estado presente allí. El Dr. Morse verificó y se convenció de la exactitud de las observaciones extra corporales de Catalina.
Después que de haber sido trasladado al hospital orto-pediátrico y luego al centro médico de Seattle, el Dr. Morse inició el estudio sistemático del proceso de la muerte. Preguntó a muchos niños que habían pasado la muerte clínica, comparaba y anotaba sus relatos.
Además mantenía el contacto con sus jóvenes pacientes, a medida que éstos crecían y observaba su desarrollo intelectual y espiritual. En su libro "Hacia la luz," el Dr. Morse afirma que todos los niños que él conoció y que pasaron la muerte temporal, al crecer se mostraban creyentes, serios y moralmente más limpios que los jóvenes ordinarios. Todos ellos tomaban la experiencia pasada como una Gracia de Dios, e indicación de que se debe vivir para el bien.
Hasta hace poco, los relatos sobre la vida en el "otro mundo" aparecían sólo en la literatura religiosa especial. Las revistas laicas y los libros científicos, como regla, evitaban estos temas. La mayoría de los médicos y psiquiatras rechazaban cualquier manifestación espiritual y no creían en la existencia del alma.
Pero unos 20 años atrás, en lo que parecía el pleno triunfo del materialismo, algunos médicos y psiquiatras se interesaron seriamente por el problema de la existencia del alma. El inicio del cambio se debió al libro del Dr. Raymond Moody "La vida después de la vida," que salió en 1975 y causó un gran revuelo.
En este libro Dr. Moody recogió una serie de relatos de las personas que pasaron la muerte clínica. Los relatos de algunos de sus conocidos incitaron a Dr. Moody a internarse en el problema del proceso de la muerte. Cuando él comenzó a juntar datos, para su asombro vio que existían numerosas personas que durante su muerte clínica tuvieron visiones extracorporales. Ellos generalmente no las contaban para que no se burlen de ellos o no los consideren locos.
Al poco tiempo de la salida del libro de Dr. Moody, la prensa sensacionalista y la TV, ávidos de cosas sensacionales, desparramaron ampliamente sus datos. Comenzó una viva discusión sobre el tema de la vida después de la vida y hasta debates públicos sobre el tema.
Entonces una serie de médicos, siquiatras, representantes de las iglesias, que se sintieron vulnerados por la invasión poco competente de sus especialidades, se pusieron a comprobar los datos y conclusiones del Dr. Moody.
Fue grande el asombro de muchos de ellos, cuando se convencieron de la veracidad de las observaciones del Dr. Moody — y precisamente, en que después de la muerte, el hombre no cesa de existir, sino que su alma continúa viendo, oyendo, pensando y sintiendo.
Entre las investigaciones serias y sistemáticas del problema, hay que mencionar el libro del Dr. Michel Sabom "Recuerdos de la muerte."(5). El Dr. Sabom es profesor de medicina en la universidad de Emori y médico regular del hospital de veteranos en la ciudad de Atlanta. En su libro se pueden encontrar datos detallados y documentados y un profundo análisis sobre esta cuestión.
Es muy valiosa así mismo, la investigación del psiquiatra Kenneth Ring en el libro "La vida a la hora de la muerte."(6). El Dr. Ring confeccionó una encuesta estándar para las personas que pasaron la muerte clínica. Los nombres de otros médicos que se ocuparon del tema están en la bibliografía citada al final. Muchos de ellos comenzaban sus observaciones siendo escépticos. Pero viendo cada vez nuevos casos que comprobaban la existencia del alma, cambiaban su actitud.
En este folleto mencionaremos algunos relatos de los hombres que pasaron la muerte clínica, compararemos estos datos con la enseñanza tradicional cristiana, sobre la vida del alma en el otro mundo y haremos las conclusiones pertinentes. Más adelante en el anexo discutiremos la enseñanza teosófica sobre la reencarnación.
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Qué pasa cuando la muerte es accidental o improvista.
Al morir, el hombre no inmediatamente se percata del hecho. Y sólo después de ver a su doble yaciendo inanimado allá abajo y cuando se convence que no puede comunicarse, se da cuenta que su alma salió del cuerpo.
A veces, en caso de un accidente, cuando la separación con el cuerpo es instantánea e inesperada, el alma no reconoce su cuerpo y piensa que ve a otra persona, parecida. La visión del doble y la imposibilidad de comunicarse crean un fuerte golpe en el alma, ella no está segura de si es realidad o es sueño
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Conciencia ininterrumpida.
Todos los que pasaron la muerte temporal atestiguan que conservaron plenamente su "yo" junto con las capacidades intelectuales, sensitivas y volitivas. Más todavía, notaron que la vista y el oído se agudizan, el pensamiento es más nítido y extraordinariamente enérgico, y la memoria se aclara. Personas que perdieron algunas de sus facultades, a causa de la enfermedad o de la edad, sienten que las recuperaron. El hombre comprende que puede ver, oír, pensar, etc., sin órganos corporales. Es notable que un ciego de nacimiento, al salir de su cuerpo, vio todo lo que hacían los médicos y las enfermeras con su cuerpo y luego contó con todo detalle lo que pasaba en el hospital. Al volver a su cuerpo volvió a ser ciego. A los médicos y psiquiatras que identifican las funciones del pensamiento y sentir con los procesos químico-eléctricos del cerebro, les sería útil tomar en cuenta estos datos actuales reunidos por los médicos-reanimadores, para entender correctamente la naturaleza del hombre.
3. Alivio.
Habitualmente la muerte está precedida por la enfermedad y los sufrimientos. Al salir del cuerpo, el alma se alegra de no sentir más el dolor, la presión, la asfixia, en cambio percibir que el pensamiento trabaja claramente y los sentidos están apaciguados. El hombre se identifica con su alma, su cuerpo le parece como algo secundario y ya innecesario, así como todo lo material. "Yo salgo y mi cuerpo es una funda vacía" explicaba un hombre que pasó la muerte temporal. Él miraba la operación de su corazón, en curso, como un "observador ajeno." Los intentos de reanimar a su cuerpo no le interesaban en absoluto. Aparentemente él mentalmente se despidió de la vida terrenal y estaba listo para comenzar una nueva vida. Sin embargo le quedaba el amor a sus parientes y la preocupación por sus hijos.
Hay que hacer notar que no se producen cambios importantes en el carácter del individuo. El hombre queda como estaba. "El concepto de que dejando el cuerpo al alma, enseguida sabe y entiende todo, es erróneo. Yo llegué a este nuevo mundo, tal como salí del viejo" — relataba K. Ikskul.
4. El túnel y la luz.
Después de ver a su cuerpo y lo que lo rodea, algunos pasan a otro mundo puramente espiritual. Hay casos que obviando o no notando la primera fase, llegan directamente a la segunda. El pasaje al mundo espiritual, algunos lo describen como viaje por un espacio oscuro que recuerda a un túnel. Al final de ese túnel llegan a una lugar de luz supraterrenal. Existe un cuadro del siglo XV de Jerónimo Bosh, "Ascensión al Empiriano," que representa algo semejante al pasaje del alma por el túnel. Posiblemente ya entonces esto era conocido por algunos.
He aquí dos descripciones contemporáneas de este estado: "Escuché que los médicos me declararon muerto, mientras yo estaba como si nadara en un espacio oscuro. No tengo palabras para describir ese estado. Alrededor estaba completamente oscuro, y sólo en la lejanía se veía luz. Esta era muy intensa, a pesar de que al principio parecía pequeña. A medida que me acercaba a ella, aumentaba. Me dirigía rápidamente hacia ella y sentía que irradiaba bondad. Siendo cristiano recordé las palabras de Cristo: "Yo soy la luz del mundo." Y pensé: "Si esto es la muerte, sé Quién me espera allí"
"Sabía que me estaba muriendo," relata otro hombre; "y nada podía hacer para avisar, ya que nadie me oía... Me encontraba fuera de mi cuerpo — esto es seguro, ya que veía mi cuerpo allá sobre la mesa del quirófano. Mi alma salió del cuerpo. Por eso me sentía perdido, luego apareció esta luz tan especial. Primero era algo débil, luego emitió un rayo muy fuerte. Sentía el calor de esta luz, que cubría todo, pero no me impedía ver el quirófano, los médicos y las enfermeras y todo lo demás.
Primero, no entendía qué pasaba, pero luego, una voz desde ésta luz me preguntó si estaba listo para morirme. Hablaba como un hombre, pero no había nadie. Preguntaba precisamente la Luz...
Ahora entiendo que Ella sabía que no estaba listo todavía para la muerte, pero era como si me estuviera examinando. Desde el momento en que la Luz comenzó a hablar me sentí muy bien; me sentía fuera de peligro, y que Ella me amaba. El amor que irradiaba la Luz era inimaginable e indescriptible (1, pág. 63).
Todos, los que la han visto y trataron de describirla, no encontraron palabras adecuadas para hacerlo. La Luz era distinta de la que habían conocido aquí. "Esto no era simplemente luz, sino la plena y perfecta ausencia de tiniebla alguna.
Ésta Luz no daba sombras, no se la veía, pero estaba en todas partes y el alma permanecía en la Luz (5, pág. 66). La mayoría describe ésta Luz como un Ser moralmente bueno, y no como si se tratara de una energía impersonal. Los que son creyentes, la consideran un Ángel, o hasta el mismo Jesucristo. En todo caso, Alguien que trae la paz y el amor. Cuando se encontraban con la Luz, no oían palabras separadas en un idioma específico, sino que hablaba con ellos por medio del pensamiento. Y todo era tan claro, que esconderle algo era totalmente imposible.
Muchas personas han informado de experiencias cercanas a la muerte (ECM). ¿Qué quieren decir? ¿Qué ocurre cuando nos morimos?
Mientras escribía un libro sobre este tema, entrevisté a gente con historias fascinantes. Una mujer en Kansas desarrolló complicaciones luego de una cirugía mayor. Sintió que se levantaba del cuerpo, volando a través del espacio, y oyó voces celestiales antes de volver a su cuerpo.
Un hombre de Arizona, en coma cinco, meses después de un accidente de motocicleta, dijo que había visto a su padre muerto y había hablado con él.
Varias teorías tratan de explicar estas ECM. Las explicaciones fisiológicas sugieren una causa física - tal vez un golpe en la cabeza o falta de oxígeno en el cerebro. Las explicaciones farmacológicas apuntan a las drogas o a la anestesia. Las explicaciones psicológicas proponen causas mentales, tales como mecanismos de defensa o cumplimiento de deseos.
Las explicaciones espirituales citan a las ECM como preludios de la vida posterior, ya sea genuinos (si son divinos) o distorsionados (si son demoníacos). Las aplicaciones de estas teorías pueden ser complejas.
Durante mis años de estudiante en la Universidad de Duke, el estudiante en la pieza al lado de la mía fue alcanzado por un rayo y murió en forma instantánea.
Durante cuatro días nuestro grupo estuvo en un estado de conmoción. La gente estuvo haciéndose preguntas como, "¿Dónde está Mike ahora?", "¿Hay vida después de la muerte?", "Si la hay, ¿cómo será?"
¿Vida Después de la Muerte?
¿Podemos saber si hay vida después de la muerte? ¿Qué método usaríamos para averiguarlo?
El método experimental, utilizado para cuestiones científicas, no es adecuado para evaluar ECM. Es imposible en emergencias médicas establecer las condiciones controladas y la repetibilidad requeridas. Los científicos tampoco tienen máquinas que lean la mente para evaluar las experiencias mentales/espirituales. Y encontrar voluntarios para experimentos de ECM sería difícil.
El método de las experiencias tiene distintas opiniones. Los ECM pueden proveer información útil, pero la mente nos puede engañar. Sueños, fantasías, alucinaciones, viajes de drogas, ebriedad, estados de conmoción - todos pueden evocar imágenes mentales que parecen reales pero no lo son.
Algunos sugieren un método espiritual para evaluar estos fenómenos. ¿Y si pudiéramos encontrar una autoridad espiritual, alguien con credenciales confiables, que nos diga la verdad acerca de los temas referidos a la vida después de la muerte?
Después de la muerte de Mike, les expliqué a los hombres en nuestro grupo que una cantidad cada vez mayor de hombres y mujeres instruidos cree que Jesucristo es una autoridad espiritual confiable.
Hace un tiempo, yo mismo era escéptico con relación al cristianismo, pero examinando las evidencia de la resurrección de Jesús me convenció que Él podía ser confiado. Encontré que la resurrección de Cristo era uno de los hechos de la historia mejor comprobados.
Si Jesús murió y volvió de la muerte, Él podría decirnos con precisión cómo era la muerte y la vida después de la muerte. El hecho que Él había predicho con exactitud Su propia resurrección nos ayuda a creer que Él nos dirá la verdad acerca de la vida después de la muerte. ¿Qué dijeron Jesús y aquellos a quienes Él enseñó acerca de este tema?
¿Cómo es la Vida Después de la Muerte?
1. Jesús indicó que la vida después de la muerte será personal
Nuestras personalidades no serán aniquiladas. No nos fundiremos en el gran océano impersonal de la conciencia cósmica, como algunos proponen. Seguiremos existiendo. No nos volveremos ángeles, como sugieren otros. Los ángeles son "espíritus ministradores" enviados para servir a los creyentes en Cristo.{4} Son seres espirituales ya creados, distintos de los humanos.{5} En el momento en que Jesús murió en la cruz Él exclamó, "Padre, en tus manos encomiendo tu espíritu" (Lucas 23:46).
Antes de esto, un ladrón que colgaba de una cruz al lado de la Suya le dijo, "Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino." Jesús le contestó, "De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso" (Lucas 23:42-43).
Jesús creyó que Su propio espíritu iba a ir con Dios. Él también creía que el ladrón (aparentemente el alma o el espíritu del ladrón) estaría con Él en el cielo el mismo día. Claramente, Jesús no estaba pensando en la muerte como aniquilación sino como separación del cuerpo físico.
En otra parte, Jesús implicó que nuestras personalidades de alguna forma permanecen intactas después de la muerte. Una vez dijo, "Vendrán muchos... y se sentarán con Abraham e Isaac y Jacob en el reino de los cielos" (Mateo 8:11).
Abraham, Isaac y Jacob - los antepasados de la nación judía - habían muerto siglos antes. Sin embargo, Jesús, hablando de un hecho futuro, los mencionó por nombre. Implicó que sus personalidades se mantendrían.
¿Alguna vez se preguntó si usted podrá ver a sus seres queridos que han partido cuando se muera? Aparentemente, aquellos que participan de la vida eterna podrán reconocerse unos a otros.
El Rey David, quien reinó sobre la antigua nación de Israel alrededor del año 1000 a.C., habló de estar con su hijo muerto otra vez. Los discípulos de Jesús tuvieron un vistazo de Moisés y Elías, dos héroes de Israel que habían muerto un tiempo atrás, y los reconocieron.
2. Jesús enseñó que la vida eterna sería relacional
La vida en el cielo estará enfocada en una relación personal con Él y en relaciones significativas entre nosotros. Estas serán las relaciones más cálidas y enriquecedoras que podríamos tener jamás.
Antes de morir, Jesús les prometió a Sus discípulos que un día estarían con Él nuevamente: "Voy... a preparar un lugar para vosotros. Y... vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis" (Juan 14:2-3).
Pablo, un creyente en Jesús del primer siglo, escribió acerca de su "deseo de partir y estar con Cristo" (Filipenses 1:23).
Jesús definió la vida en el cielo cuando dijo, "Esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado" (Juan 17:3). En otras palabras, la vida eterna involucrará llegar a conocer mejor a Dios y el sentido de la vida.
3. La vida eterna será agradable
Pablo también escribió, "Cosas que ojo no vio, ni oído oyó... son las que Dios ha preparado para los que le aman" (1 Corintios 2:9).
Juan, el discípulo de Jesús, escribió, "Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor" (Apocalipsis 21:4). Otro escritor del Nuevo Testamento nos alienta a "[poner] los ojos en Jesús... el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz... y se sentó a la diestra del trono de Dios" (Hebreos 12:2). La vida eterna con Dios será un gozo que desafía una descripción y excede nuestra imaginación.
4. La vida después de la muerte será eterna
No terminará nunca. ¿Alguna vez miró una película que era tan buena que no quería que terminara jamás?
¿Alguna vez saboreó un postre tan dulce que quería que durara y durara? ¿Tuvo alguna vez una relación tan gratificante que deseó que continuara para siempre? La vida eterna será así de buena, ¡y mejor! Nunca terminará. "Dios nos ha dado vida eterna;" escribió Juan, "y esta vida está en su Hijo" (1 Juan 5:11).
Jesús enseñó que la vida eterna involucra todo lo positivo y nada de lo negativo. Dios nos ama y desea lo mejor para nosotros, ahora y por la eternidad.
Qué triste que algunas personas no aprovechan todo lo que Él ha provisto.
No se detenga
El cardiólogo de Chattanooga, Maurice Rawlings, M.D., cuenta de un paciente que tuvo un ataque cardíaco en la oficina del Dr. Rawlings. A lo largo del intento de resucitación, el paciente se desvanecía y volvía en sí. Cada vez que el doctor interrumpía el masaje cardíaco, el paciente parecía que se moría de nuevo.
Cuando el hombre recobró el conocimiento gritó, "¡Estoy en el infierno!" Una mirada de completo terror nublaba su rostro. "¡No se detenga!" rogó. "¿No entiende? Estoy en el infierno. ¡Cada vez que usted se detiene me vuelvo al infierno! ¡No me deje volver al infierno!"
El paciente sobrevivió y puso su fe en Cristo para quitar sus pecados y asegurarse un lugar en el cielo.{8} El lugar que la Biblia llama infierno, o hades, es el hogar actual de aquellos que no aceptan el regalo del perdón de Jesús.
Es un lugar de tormento constante y consciente.{9} El hades no es la morada final de aquellos que mueren sin una relación personal con Cristo. Juan dice que éstos serán juzgados en el juicio del "gran trono blanco".
Como las obras de ninguna persona son suficientes como para ganarse la vida eterna, aquellos que no tienen el perdón de Cristo serán arrojados en el "lago de fuego"{10} Jesús dijo que "el fuego eterno [ha sido] preparado para el diablo y los ángeles" (Mateo 25:41).
No es un tema agradable. Pero recuerde, Dios no quiere que usted perezca en el infierno. Lo ama a usted y quiere que pase la eternidad con Él. No sin Él.{11} Pablo escribió que Dios nuestro Salvador quiere que todos sean salvos (o sean salvados de las consecuencias del pecado, que es la separación de Dios). Él quiere que nosotros lo conozcamos porque Él es la verdad.{12} Dios envió a Jesucristo, Su Hijo, para pagar el castigo de nuestros pecados (las actitudes y acciones que no alcanzan la perfección de Dios). Jesús literalmente pasó por el infierno por nosotros. Nosotros simplemente necesitamos recibir Su regalo gratuito de perdón - nunca lo podremos ganar - para tener la garantía de la vida eterna. "El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida" (Juan 5:24).
¿Y Qué de Usted?
De acuerdo con las últimas cifras, la tasa de mortalidad en E.EUU sigue siendo del 100 por ciento. Cada día, en este planeta, mueren unas 140.000 personas.
Lo que a la mayoría de nosotros nos interesa no es "¿Qué le pasa a la gente cuando se muere?" sino "¿Qué me pasará a mí cuando me muera?"
Algunos tratan de evitar el tema de la muerte o aislarse de la preocupación a través de la popularidad, las posesiones, las ocupaciones o el poder. Muchos sienten que cualquier creencia que los haga sentir cómodos está bien. ¿Encaja usted en alguna de estas descripciones?
Un club nocturno cerca de Cincinnati estaba repleto una noche. De pronto, un camarero se subió al escenario, interrumpió el programa y anunció que el edificio se estaba prendiendo fuego. Tal vez porque no vieron nada de humo, muchos de los asistentes se quedaron sentados. Tal vez pensaron que era un chiste, parte del espectáculo. Cuando finalmente vieron el humo, era demasiado tarde. Más de 150 personas murieron cuando se quemó ese club nocturno.
Cuando piensa en la muerte, ¿está creyendo lo que usted quiere creer o lo que la evidencia demuestra que es verdadero? Jesús dijo, "Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá" (Juan 11:25)
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