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lunes, 22 de noviembre de 2010
UNA MACABRA APARICION EN ESCUELA VENEZOLANA PRODUCTO DE DOS MUERTES PASIONALES
Buenas Rafael esta historia paso hace mucho tiempo cuando yo estaba en el liceo en Acarigua en portuguesa soy Raquel Pedroza de la constitución en Maracay.
Un día normal yo asustando a mi hermana comenzamos a hablar de cosas de terror.
Ella me contó que en nuestro colegio, habían ocurrido diversas muertes muy feas a lo lrgo de su historia (de la cual sólo contare una) y me habló de una muchacha, que se llamaba Maria Fernanda.
Yo no le creí mucho al principio que opte en ese tiempo por preguntarle a una señora que vivia en el colegio (pues el colegio es un poco raro hay dos partes: una antigua y otra renovada, en la antigua vivia la señora) y le pregunte q si esa historia que me contó mi hermana era verdad. Y para mi sorpresa si era verdad, pero ella me la contó con más detalle y ahora la va a leer a continuación:
La muchacha llamada María Fernanda, llevaba desde muy pequeñita en el colegio y al llegar a 5to año ocurrió la tragedia. Un profesor de Biologia algo joven la conoció, y se enamoraron. La joven comenzó tener relaciones con el profesor.
Al poco tiempo descubrió que estaba embarazada, y enseguida se lo contó a su novio el profesor.
El profesor tuvo una reacción que ella no esperaba... el desgraciado quería que abortara, como era menor de edad podía ir preso. Entonces la muchacha se negó y el como era profesor de ciencias, le quiso practicar el aborto. Ella no quería para nada, corrió hasta el baño donde, algunas alumnas dicen q se escuchaban llantos.
Eran las 7:30 Am, y la pobre joven todavía no salía estaba encerrada. El profesor intentado abrir con el gancho con que le iba a practicar el aborto, en un movimiento brusco, el gancho se introdujo en el abdomen.
La sangre brotaba por el piso y cayó en la planta baja donde todos observaron la sangre y enseguida fueron a ayudar al profesor al llegar ya estaba desangrado había muerto.
Entonces recogieron el cuerpo y lo llevaron a la enfermeria. Las niñas estaban aterradas, y allí fue cuando una niña le dijo a Lulu “quien era la que coordinaba todo en el colegio" El baño esta cerrado, hay alguien adentro que no quiere abrir". Ella fue con la bedel , por unas llaves a abrir la puerta...
Abren la puerta y ven su horrible entorno, Maria Fernanda estaba dentro ¡muerta! Se había ahorcado con la camisa...
Recogieron el cuerpo a las 8:30 am, se lavó el baño y todo bien normal hasta dentro de otros años.
Cuando pasaron los años, el baño seguía abierto, y una estudiante de 13 años se fue a arreglar a tempranas horas de la mañana, todo transcurría bien hasta que la chica vio salir a alguien del baño, era Maria fernada !!! no la reconoció pero vio que tenía un gran morado en su cuello... le pregunto: "hola te puedo ayudar en algo - dijo ella- ¿que te a pasado en el cuello te has lastimado?- pero nada no respondía- bueno buscare ayuda ya vengo- . Al salir,el espíritu de Maria fernanda la sujeto por el brazo y le dijo golpeándola contra la pared: "Ayúdame, ayúdame por favor... no quiero perder mi hijo, por favooooor!!!...
La joven de 13 gritó muy duro con toda el alma. Y llegaron todos y la encontraron desmayada.
La llevaron a su casa y al despertar, ella contó a todos lo ocurrido y dijo que en ese exacto momento Maria Fernanda le pedía ayuda. Después de muchas pruebas psicológicas fue trasladada a un psiquiatrico, aquí en Venezuela.
Ella no logró recuperarse y se ahorcó en el cuarto de la habitación.
No se si esto sea verdad pero lo más probable es que si por que yo siempre me hago estas preguntas:
¿Porqué el baño del tercer piso donde se supone que se ahorcó la chica esta cerrado, incluyendo las ventanas?
¿Por qué no han abierto ese baño durante más o menos 14 años?
¿Por qué cuando subí una vez a ese piso (sin saber la historia) sentí frío y oí algunos gemidos y para colmo una sombra de un hombre joven q se supone que es el fantasma del profesor q murió desangrado?
Sólo se que se rumorea que el baño supuestamente los están remodelando, pero desde hace 14 años, no lo creo, aun esta la bedel que abrió la puerta trabajando allí y ella nunca sube y nos conto a un grupo de 5to año que ella los ha visto a los dos como con un feto en la mano desangrado.
viernes, 12 de noviembre de 2010
LA CORTE MALANDRA O CALE
Los delincuentes comunes son venerados en el Cementerio General del Sur de Caracas, donde decenas de devotos, a medio camino entre la religión y la santería, acuden cada día a rogar protección a la conocida como "la corte malandra".
Es la primera vez que Nacarí acude al Cementerio del Sur de Caracas, pero el ramo de margaritas turquesa que lleva esta joven venezolana no es para ningún familiar ni amigo sino para el chamo (muchacho) Ismael, el más socorrido de los santos malandros o corte calé, porque nadie dijo que para ser santo hace falta haber sido bueno en vida.
Esta corte, la más baja dentro del culto santero de María Lionza, la conforman una serie de delincuentes menores que cuidaron durante los años setenta los barrios en los que vivían y que murieron de forma violenta, como actualmente ocurre en Caracas con 130 personas por cada 100.000 habitantes, la mayoría jóvenes entre 15 y 20 años.
Ahora, venezolanos provenientes de todo el país acuden a diario a sus tumbas para pedirles que les protejan de los que son como ellos, en una ciudad en la que cada fin de semana la sección de sucesos recoge escabrosas muertes por malandreo, sicariato o tristes "errores".
LA PROTECCIÓN DE ISMAEL, UN LADRÓN INOFENSIVO.
Como Nacarí, que viajó desde la localidad de Maturín, en el oriente del país, para agradecer al santo que salvara la vida de su hermano, al que "querían matar".
Acompañada por su hija de apenas diez años, cuenta a Efe que "contactó" con Ismael a través de un santero, y que fue este malandro que lleva más de treinta muerto el que le advirtió del peligro de su pariente, algo por lo que le está "inmensamente agradecida".
Nacarí espera a que la tumba de Ismael, presidida por una imagen de más de un metro de altura en la que se le ve vestido con pantalón amarillo, camisa verde, gorra hacia atrás, gafas de sol y pistola al cinto, se desocupe de devotos, para poder ofrecerle la cerveza que acaba de comprar y que destapa frente a él.
Explica que tiene que volver otro día para pasar la noche en el camposanto junto a la tumba de Ismael, muerto a los 22 años de edad a manos de la policía, y así conseguir sacar a su marido de la cárcel.
De Ismael se dice que era un ladrón inofensivo, que defendía su zona de la incursión de otros malandros y robaba bancos para repartir el botín entre los vecinos más necesitados, una especie de Robin Hood criollo al que, a pesar de la iglesia católica, los habitantes de una Venezuela azotada por la inseguridad y la violencia invocan.
Mientras, alrededor de la imagen se congregan varias personas que realizan el tradicional ritual que consiste en dar tres golpes al suelo, prender un cigarrillo en la boca de la imagen y echar anís alrededor mientras se acompaña al santo.
Por eso, la cerveza es la bebida más demandada en el carrito de refrescos que Rosa tiene apostado desde hace más de tres años en esta zona del cementerio, donde trabaja porque, dice, "miedo no dan los muertos, los que hacen el mal son los vivos".
Carlos es de una de las barriadas populares de casas de ladrillo y techos de uralita que se enclavan en los cerros que rodean este histórico cementerio inaugurado en 1876.
Viene en motocicleta y se enciende un puro, como hace cada semana desde "hace ya algún tiempo", para pedir a Ismael que le proteja, aunque no quiere especificar si de los delincuentes o en su próximo "palo".
Y es que hasta ahí también se acercan delincuentes a pedirles ayuda en sus fechorías, en una sociedad en la que la mayoría de los robos se salda con algún muerto.
A la corte malandra, la más próxima a las tentaciones y pecados mortales, pertenecen entre otros Isabelita, que juró vengarse de todos los hombres tras ser violada a los 12 años o Tomasito, que murió de 132 tiros (sin contar la balas que pasaron por el mismo hueco) durante un intento frustrado de robo a un banco, según se cuenta.
Para subir a los altares santeros de la trinidad alternativa formada por María Lionza, el negro Felipe y el cacique Guaicaipuro, deben hacer el bien para redimirse de sus pecados terrenales.
PROTECCIÓN ESPIRITUAL DONDE NO EXISTE LA OFICIAL.
La antropóloga Daisy Barreto señala en el documental venezolano sobre santos malandros, "Pa santo yo", que este culto "refleja una violencia donde no hay justicia ni derecho", por lo que se buscaría a través de lo espiritual una protección negada por las autoridades oficiales encargadas de ello, que en muchos de los barrios ni entran.
Otro de los espacios emblemáticos de la Corte Malandra es el callejón Eduvigis o "la calle de los brujos" de Petare, lugar de encuentro para devotos y médiums de la corte y donde dicen que se puede ver caminar a Ismael con un cigarrillo prendido del labio y un revólver del calibre 38.
Sin embargo, no hace falta salir de casa para invocar sus favores, ya que las tiendas de santería del centro de Caracas venden por un módico precio las figuras de estos jóvenes con sus pistolas al cinto y sus gafas de sol para colocar en los salones, a la par que el Sagrado Corazón de Jesús o la estampita de la Virgen de Betania.
Sin pertenecer directamente a la corte malandra, pero formando parte de este ecléctico culto, otros míticos personajes de la historia cotidiana de Venezuela son honrados e invocados en este cementerio.
A pocos metros de la de Ismaelito, bajo un árbol centenario del que cuelgan un sinfín de casas y autobuses de cartón, descansan los restos de Victorino Ponce, albañil y curandero que murió a los 70 años a finales del siglo XIX y que "en vida hacía muchos favores a las personas necesitadas".
Así lo explica a Efe José Ferrer, devoto guardián de la tumba desde hace seis años, que mantiene limpia y cuidada como una promesa a cambio de las colaboraciones que recibe de los que acuden a pedirle "carro y techo".
Las plaquitas de agradecimiento se refieren a favores que ha concedido "a aquellos que le piden con mucha fe y mucha devoción", cuenta Ferrer, quien se despide con humildad, "aquí estamos a la orden, en lo poco que yo les pueda servir y en lo poco que conozco, con mucho gusto".
En esa misma cuadra del cementerio, rodeado de cuadernos y camisas de colegio, se encuentra el mausoleo de María Francia, al que se accede a través de un pasillo lleno de placas de agradecimiento.
La mayoría son de estudiantes a la que esta alumna muerta prematuramente ayudó con sus deberes colegiales, además de los novios que le piden fortuna para su vida amorosa.
Del cuello de la figura de mármol, rodeada de ramos de flores y fotografías de jóvenes, cuelgan medallas de méritos académicos y tantos son los presentes que se le ofrecen que su cuidador debe quemarlos cada cierto tiempo para que no se acumulen en torno al panteón.
A su lado, en el mismo altar conviven entre velas y flores una figura del negro Felipe, de Jesucristo, del indio Guaicaipuro, el médico popular José Gregorio Hernández, que dicen murió atropellado por uno de los pocos coches que circulaba por Caracas, e incluso una figurita de plástico de Esmeralda, la gitana de "El jorobado de Notre Dame".
Para el fotógrafo venezolano Nelson Garrido, guía en esta visita por el camposanto, este sincretismo es "maravilloso", ya que muestra la diversidad en las creencias.
"Somos un país de gran diversidad y necesitamos pensamientos diversos, no pensamientos únicos, donde aceptemos diferentes maneras de asumir la religión de manera independiente a través de lo que uno quiera", apunta.
"Esto lo mueve la fe, es una demostración de la necesidad de creer en algo y de tener algo que respetar. El cementerio agarra a un sector de la población que necesita creer en algo en un momento en que el país no tiene en qué creer", añade el fotógrafo.
Garrido considera que, al igual que los mercados, los cementerios son reflejo de la situación de cada país, y "lo que estamos viviendo es un país saqueado, de tumbas abiertas (..) donde no se respetan los muertos y donde la cantidad de muertos diarios colapsa cementerios y morgues", dice en alusión al pésimo estado que presenta el camposanto.
LA CORTE MALANDRA O CALE
Los delincuentes comunes son venerados en el Cementerio General del Sur de Caracas, donde decenas de devotos, a medio camino entre la religión y la santería, acuden cada día a rogar protección a la conocida como "la corte malandra".
Es la primera vez que Nacarí acude al Cementerio del Sur de Caracas, pero el ramo de margaritas turquesa que lleva esta joven venezolana no es para ningún familiar ni amigo sino para el chamo (muchacho) Ismael, el más socorrido de los santos malandros o corte calé, porque nadie dijo que para ser santo hace falta haber sido bueno en vida.
Esta corte, la más baja dentro del culto santero de María Lionza, la conforman una serie de delincuentes menores que cuidaron durante los años setenta los barrios en los que vivían y que murieron de forma violenta, como actualmente ocurre en Caracas con 130 personas por cada 100.000 habitantes, la mayoría jóvenes entre 15 y 20 años.
Ahora, venezolanos provenientes de todo el país acuden a diario a sus tumbas para pedirles que les protejan de los que son como ellos, en una ciudad en la que cada fin de semana la sección de sucesos recoge escabrosas muertes por malandreo, sicariato o tristes "errores".
LA PROTECCIÓN DE ISMAEL, UN LADRÓN INOFENSIVO.
Como Nacarí, que viajó desde la localidad de Maturín, en el oriente del país, para agradecer al santo que salvara la vida de su hermano, al que "querían matar".
Acompañada por su hija de apenas diez años, cuenta a Efe que "contactó" con Ismael a través de un santero, y que fue este malandro que lleva más de treinta muerto el que le advirtió del peligro de su pariente, algo por lo que le está "inmensamente agradecida".
Nacarí espera a que la tumba de Ismael, presidida por una imagen de más de un metro de altura en la que se le ve vestido con pantalón amarillo, camisa verde, gorra hacia atrás, gafas de sol y pistola al cinto, se desocupe de devotos, para poder ofrecerle la cerveza que acaba de comprar y que destapa frente a él.
Explica que tiene que volver otro día para pasar la noche en el camposanto junto a la tumba de Ismael, muerto a los 22 años de edad a manos de la policía, y así conseguir sacar a su marido de la cárcel.
De Ismael se dice que era un ladrón inofensivo, que defendía su zona de la incursión de otros malandros y robaba bancos para repartir el botín entre los vecinos más necesitados, una especie de Robin Hood criollo al que, a pesar de la iglesia católica, los habitantes de una Venezuela azotada por la inseguridad y la violencia invocan.
Mientras, alrededor de la imagen se congregan varias personas que realizan el tradicional ritual que consiste en dar tres golpes al suelo, prender un cigarrillo en la boca de la imagen y echar anís alrededor mientras se acompaña al santo.
Por eso, la cerveza es la bebida más demandada en el carrito de refrescos que Rosa tiene apostado desde hace más de tres años en esta zona del cementerio, donde trabaja porque, dice, "miedo no dan los muertos, los que hacen el mal son los vivos".
Carlos es de una de las barriadas populares de casas de ladrillo y techos de uralita que se enclavan en los cerros que rodean este histórico cementerio inaugurado en 1876.
Viene en motocicleta y se enciende un puro, como hace cada semana desde "hace ya algún tiempo", para pedir a Ismael que le proteja, aunque no quiere especificar si de los delincuentes o en su próximo "palo".
Y es que hasta ahí también se acercan delincuentes a pedirles ayuda en sus fechorías, en una sociedad en la que la mayoría de los robos se salda con algún muerto.
A la corte malandra, la más próxima a las tentaciones y pecados mortales, pertenecen entre otros Isabelita, que juró vengarse de todos los hombres tras ser violada a los 12 años o Tomasito, que murió de 132 tiros (sin contar la balas que pasaron por el mismo hueco) durante un intento frustrado de robo a un banco, según se cuenta.
Para subir a los altares santeros de la trinidad alternativa formada por María Lionza, el negro Felipe y el cacique Guaicaipuro, deben hacer el bien para redimirse de sus pecados terrenales.
PROTECCIÓN ESPIRITUAL DONDE NO EXISTE LA OFICIAL.
La antropóloga Daisy Barreto señala en el documental venezolano sobre santos malandros, "Pa santo yo", que este culto "refleja una violencia donde no hay justicia ni derecho", por lo que se buscaría a través de lo espiritual una protección negada por las autoridades oficiales encargadas de ello, que en muchos de los barrios ni entran.
Otro de los espacios emblemáticos de la Corte Malandra es el callejón Eduvigis o "la calle de los brujos" de Petare, lugar de encuentro para devotos y médiums de la corte y donde dicen que se puede ver caminar a Ismael con un cigarrillo prendido del labio y un revólver del calibre 38.
Sin embargo, no hace falta salir de casa para invocar sus favores, ya que las tiendas de santería del centro de Caracas venden por un módico precio las figuras de estos jóvenes con sus pistolas al cinto y sus gafas de sol para colocar en los salones, a la par que el Sagrado Corazón de Jesús o la estampita de la Virgen de Betania.
Sin pertenecer directamente a la corte malandra, pero formando parte de este ecléctico culto, otros míticos personajes de la historia cotidiana de Venezuela son honrados e invocados en este cementerio.
A pocos metros de la de Ismaelito, bajo un árbol centenario del que cuelgan un sinfín de casas y autobuses de cartón, descansan los restos de Victorino Ponce, albañil y curandero que murió a los 70 años a finales del siglo XIX y que "en vida hacía muchos favores a las personas necesitadas".
Así lo explica a Efe José Ferrer, devoto guardián de la tumba desde hace seis años, que mantiene limpia y cuidada como una promesa a cambio de las colaboraciones que recibe de los que acuden a pedirle "carro y techo".
Las plaquitas de agradecimiento se refieren a favores que ha concedido "a aquellos que le piden con mucha fe y mucha devoción", cuenta Ferrer, quien se despide con humildad, "aquí estamos a la orden, en lo poco que yo les pueda servir y en lo poco que conozco, con mucho gusto".
En esa misma cuadra del cementerio, rodeado de cuadernos y camisas de colegio, se encuentra el mausoleo de María Francia, al que se accede a través de un pasillo lleno de placas de agradecimiento.
La mayoría son de estudiantes a la que esta alumna muerta prematuramente ayudó con sus deberes colegiales, además de los novios que le piden fortuna para su vida amorosa.
Del cuello de la figura de mármol, rodeada de ramos de flores y fotografías de jóvenes, cuelgan medallas de méritos académicos y tantos son los presentes que se le ofrecen que su cuidador debe quemarlos cada cierto tiempo para que no se acumulen en torno al panteón.
A su lado, en el mismo altar conviven entre velas y flores una figura del negro Felipe, de Jesucristo, del indio Guaicaipuro, el médico popular José Gregorio Hernández, que dicen murió atropellado por uno de los pocos coches que circulaba por Caracas, e incluso una figurita de plástico de Esmeralda, la gitana de "El jorobado de Notre Dame".
Para el fotógrafo venezolano Nelson Garrido, guía en esta visita por el camposanto, este sincretismo es "maravilloso", ya que muestra la diversidad en las creencias.
"Somos un país de gran diversidad y necesitamos pensamientos diversos, no pensamientos únicos, donde aceptemos diferentes maneras de asumir la religión de manera independiente a través de lo que uno quiera", apunta.
"Esto lo mueve la fe, es una demostración de la necesidad de creer en algo y de tener algo que respetar. El cementerio agarra a un sector de la población que necesita creer en algo en un momento en que el país no tiene en qué creer", añade el fotógrafo.
Garrido considera que, al igual que los mercados, los cementerios son reflejo de la situación de cada país, y "lo que estamos viviendo es un país saqueado, de tumbas abiertas (..) donde no se respetan los muertos y donde la cantidad de muertos diarios colapsa cementerios y morgues", dice en alusión al pésimo estado que presenta el camposanto.
jueves, 11 de noviembre de 2010
MANO DE CADAVER INVOLUCRADA EN DESAPARCION DE JOVEN VENEZOLANA
Hola Rafael soy Maritza Tovar soy maracayera pero tengo ya dos años aquí en Valle La Pascua te he sigo por internet y en tu blog y cuando hacias el programa con Andreina te quiero comentar de una historia que sucedió en diciembre del año pasado aquí en este pueblo con una amiga intrañable,
Todo empezó un día cuando mi amiga esperaba a su novio. como siempre ella lo esperaba con frecuencia al salir de su trabajo cerca del cementerio viejo
.
.
Esa noche algo pasaba, su novio no llegaba, entonces ella se decidió a esperar lo mas que pudiese me llamo a ver si podía ir acompañarla pero yo no podía estaba en la universidad y me manifesto que estaba muy nerviosa . Ella pensó que algo malo le había pasado a Carlos
.
.
Las horas pasaron y ya estaba desesperada cuando se dio cuenta, ya eran las 10:00 de la noche. Entonces su celular sonó y era su novio Carlos le dijo que no podía ir porque se habia quedado trabajando unas horas extras . Ella se molesto, discutieron y colgó. Me volvió a llamar y me conto todo le dije que tomara un taxi y de pronto miró unas luces.
Eran muchas mujeres vestidas de blanco y todas llevaban una vela y el rostro medio cubierto. De pronto una de ellas se acercó y le dijo a mi amiga que si la "podría ayudar", ella le preguntó que en qué, y la mujer dijo "¿podrías guardarme esta vela?". Ella dijo: "Sí, pero.. ¿le puedo hacer una pregunta?". Ella dijo: "Sí claro, dime".
Mi amiga le preguntó cómo le iba a entregar la vela. Ella respondió: Mañana a esta hora pasare a buscarte donde estes yo te encontrare saldré con todas estas personas y la mujer que mires sin vela, sabras que soy yo y me la das.
Eran muchas mujeres vestidas de blanco y todas llevaban una vela y el rostro medio cubierto. De pronto una de ellas se acercó y le dijo a mi amiga que si la "podría ayudar", ella le preguntó que en qué, y la mujer dijo "¿podrías guardarme esta vela?". Ella dijo: "Sí, pero.. ¿le puedo hacer una pregunta?". Ella dijo: "Sí claro, dime".
Mi amiga le preguntó cómo le iba a entregar la vela. Ella respondió: Mañana a esta hora pasare a buscarte donde estes yo te encontrare saldré con todas estas personas y la mujer que mires sin vela, sabras que soy yo y me la das.
Ella me llamo de nuevo y le dije que corriera de allí que eso paracia cuentos de animas del purgatorio fijese estoy escribiéndole y me da escalofrió y ganas de llorar, al llegar a su casa metió la vela la en una caja y se acosto a dlormir.
Al siguiente día esperó a ver si la mujer la buscaría a solicitar la vela pero nunca llegó, entonces me llamó y le dije que la botara sin cortar la comunicación se fue a su cuarto y abrió la caja, de repente solo recuerdo que el grito aterrador de mi amiga, no era una vela si no una mano convertida en esqueleto.
Se asustó mucho. Se lo contó a sus padres y sus padres dijeron que fuera a la iglesia. Ella fue y el padre Reinaldo quien era el párroco hasta agosto le recomendó que fuera al cementerio viejo la lanzara dentro y rezara un credo y un padre nuestro pero lo más importante era que tenía que ir acompañada de alguien me siento mal porq me llamo a mí y no fui por miedo .
Ella estaba muy asustada y así y todo se fue y desde ese día nunca volvieron a ver a mi amiga , y todos están intrigados de su desaparición su novio su flia y yo hemos colocados su foto en la prensa y por las calles del pueblo y ni rastro le pido a Dios Bendito que la guie y aparezca porque se que eso era una secta esa mujer dijo que la iba a buscar donde sea con esa gente.
viernes, 5 de noviembre de 2010
martes, 2 de noviembre de 2010
UN ANTIGUO HOTEL EN VENEZUELA ALOJA DOS ESPECIALES FANTASMAS GARDEL Y EL GENERAL JUAN VICENTE GOMEZ DICTADOR VENEZOLANO
Hola Rafael me llamo Ana Maria Figueredo oriunda del
Estado Vargas les traigo una experiencia que le sucedió a mi papá el
se ganaba la vida de guía turista y vendía empanada de Cazon en las
playas de macuto para podernos criar.
No sé si ustedes saben de la existencia de un hotel de gran lujo que
esta abandonado en la actualidad y fue inaugurado en 1928 con gran
pompa y majestuosidad, llamado MIRAMAR en el se resumió el lujo,
confort y refinamiento moderno de la época, hoy en día lleno de
recuerdos, espectros, fantasmas y aparecidos entres los que más se han
visto en repetidas ocasiones se cuentan con los de el benemérito Juan
Vicente Gómez y Carlos Gardel.
Estado Vargas les traigo una experiencia que le sucedió a mi papá el
se ganaba la vida de guía turista y vendía empanada de Cazon en las
playas de macuto para podernos criar.
No sé si ustedes saben de la existencia de un hotel de gran lujo que
esta abandonado en la actualidad y fue inaugurado en 1928 con gran
pompa y majestuosidad, llamado MIRAMAR en el se resumió el lujo,
confort y refinamiento moderno de la época, hoy en día lleno de
recuerdos, espectros, fantasmas y aparecidos entres los que más se han
visto en repetidas ocasiones se cuentan con los de el benemérito Juan
Vicente Gómez y Carlos Gardel.
En el balneario de macuto a menos de 100 metros del mar caribe, a
finales de los años 20 había una construcción grande que perteneció
al benemérito Juan Vicente Gómez. El hotel MIRAMAR, que fue
inaugurado fastuosamente el día domingo 1 de abril del año 1928.
El general Gómez no asistió a la inauguración porque se rumoraba que
había una conspiración para matarlo. La inauguración del hotel
Miramar, constituyó un acontecimiento de trascendencia nacional, pues
sus características de alto lujo lo igualaban a los más calificados de
Europa y Norteamérica.
En el Miramar nada faltaba: solidez del edificio, arquitectura
inolvidable por sus exquisitas formas y medidas, mobiliario en
parangón con los últimos casinos ultramarinos, billares, mezquitas de
gran belleza con salones exclusivos con servicios especiales de damas,
piscinas, campo de tenis, cocina a cargo de los campeones del cordón
blue, frigoríficos, cavas, servicio telefónico, en 80 dormitorios con
igual número de baños adyacentes.
La entrada conducía a un gran patio de honor, donde estaba ubicado el
hall de acceso al ascensor y a la gerencia de información, seguido de
un bar, tallado en caoba y jaspe y los comedores de gala entre los
cuales había uno con capacidad para 400 personas.
Además de ello, tenía agua corriente a borbotones que en la época era
difícil encontarla, vajillas de plata cristalería de las más
renombradas marcas todas grabadas con el nombre del hotel.
El Miramar alojo a los venezolanos, cuyos medios de fortuna impedía
gozar de esparcimientos elegantes en las playas europeas.
El acto se realizó en el suntuoso hall del hotel, llevando la palabra
el director administrativo del establecimiento, señor Siebenthad
El entusiasmo se desbordó cuando el señor Siebenthad alzó la copa de
champaña para brindar por el Benemérito general Juan Vicente Gómez,
presidente de la República y dueño del hotel de forma ausente.
Durante todo el domingo estuvo el hotel visitado por un público
asombrado de tanto confort y lujo, siendo acompañado el acto por los
acordes de una magnífica orquesta. En horas del mediodía, fue servido
un exquisito menú y 'la triunfal belleza de nuestras mujeres, que
jubilosas descendieron por los salones y jardines, era una perfumada
florescencia.
Fue tanta la conmoción, que en los días posteriores hubo que dar
puerta franca para que el público entrara a admirar sus instalaciones,
'quedándose boquiabierto', con la belleza, lujo y el confort
incomparables.
Para aquella época fue el sitio por excelencia de las vacaciones
de J V Gómez y sus invitados, además recibió a excelentes visitantes
del exterior siendo uno de los más prestigioso el cantante de tango
Carlos Gardel que recibió un elegante agasajo en su visita a Venezuela
el 25 de abril de 1935 y quedo fascinado por lo majestuoso del lugar
prometiendo regresar a visitarlo y hospedarse por unos días, pero esa
promesa no se cumplió porque al poco tiempo luego de su visita a
Venezuela fallecería trágicamente en la ciudad de Barranquilla en
Colombia ese mismo año..
de J V Gómez y sus invitados, además recibió a excelentes visitantes
del exterior siendo uno de los más prestigioso el cantante de tango
Carlos Gardel que recibió un elegante agasajo en su visita a Venezuela
el 25 de abril de 1935 y quedo fascinado por lo majestuoso del lugar
prometiendo regresar a visitarlo y hospedarse por unos días, pero esa
promesa no se cumplió porque al poco tiempo luego de su visita a
Venezuela fallecería trágicamente en la ciudad de Barranquilla en
Colombia ese mismo año..
Hoy EL MIRAMAR es un viejo de mohosas barbas que, herido de muerte por el abandono, agoniza frente a su eterno compañero: el mar y según los pobladores alberga a los espíritus de muchos que tenían a EL
MIRAMAR como su refugio obligado los fines de semanas y vacaciones
Mi papá nos contaba a mis hermanos y a mi que en las noches era común ver a personas entrar y salir con ropa de época de los años 30, lo vecinos del lugar escuchaban música proveniente del hotel, pianolas,
piano, personas cantando y el sonido característico que originan las
reuniones donde hay muchas gente.
Dicen que era normal ver muchos hombres vestidos de militares
siguiendo a un señor mayor de bastón y bigotes gruesos canosos,
seguidos por los ladridos de un perro aullando y en ese lugar ni los
perros se acercaban.
Eso era muy frecuente, en la ahora casa abandonada, cuando algunos
curiosos los más valientes de la zona se acercaban al lugar entre esos
mi papá no encontraban ni veían nada ni escuchaban sonido alguno. El
silencio embargaba el lugar y solamente el viento frío que proviene
del malecón producía un sonido que parecía un silbido agudo, lento y
misterioso.
Una día mi papá para ganarse unos dólares porque en esos años el dólar
era a 4,30 y venían muchos turistas y pagaban bien por el recorrido a
el malecón y el Hotel Miramar decidió ya casi de noche exactamente
el 25 de Abril de 1975, llevar a un grupo de turistas puertorriqueños
, recorrían las inmediaciones del hotel cuando de pronto alguien dijo
ver sombras moviéndose en la oscuridad de uno de los salones, algunos
se rieron pero de pronto todos vieron claramente el fantasmas del
zorzal del barrio, Carlos Gardel sonreído y trajeado elegantemente.
Al principio no les dio miedo pensando que era una de las atracciones
del lugar, alguien disfrazado de Gardel por haber sido uno de los
visitantes del lugar pero vieron en cuestión de segundos como esa
figura se iba disipando hasta desaparecer en sus ojos tanto hombres
como mujeres corrieron y gritaron diciendo fantasma, fantasma, ese día
se conmemoraban 40 años de que Gardel disfrutara de un suculento
almuerzo en ese salón.
Los turista todos corrieron y el se armo de valor y de pronto el
piano empezó a tocar música sin nadie que lo tocara era música
europea, y tango..
Al cabo de una hora se regó por todo el pueblo lo de la aparición de
Carlos Gardel dicen que subieron algunas personas y solo escucharon
ruidos extraños, el sonido de un piano y el ladrido feroz de un perro
que parecía estar atacando a alguien. De pronto mi papá que se había
quedado en el hotel corriendo, sudoroso y muy agitado salio gritando:
"vayámonos todos de aquí GARDEL esta penanando y un gentío más" y
siguió corriendo.
Al llegar al pueblo papá se metió en un botiquín de mala muerte y
comenzó a beber y decía que cuando entro a la casa con los turistas
había un silencio sepulcral, y cuando llegaron a un sitio que parecía
una sala grande y por el resplandor de la luz de la calle que entraba
por algunas ventanas sin vidrios se dio cuenta que había un piano
viejo y muchos muebles cubiertos con tela que parecían fantasmas
sentados, esperándolos y salio en ese mismo instante Carlos Gardel.
Entonces dice que cerca del piano apareció un perro enorme de color
negro, sus ojos eran de color rojo y brillaban en la penumbra, el
animal empezó a ladrarle con ferocidad. El se asusto y salio corriendo
como alma que lleva el diablo. Se escondió en un armario roto al que
llegaba la tenue luz de la calle y se quedo allí largo rato esperando
que el perro se fuera.
Cuando salio vio varios bultos que se movían como de un lado a otro,
una luz brillante iluminó la sala y en medio de ella estaba una niña,
pálida como un cadáver, sus ojos y boca estaban huecos y mirándolo
fijamente le dijo:
Yo he vivido aquí con mis padres que eran empleados de servicio de
este hotel, un día fallecimos por culpa de la tuberculosis que mató a
varios de los que aquí trabajaban, pues los explotaban y los hacían
trabajar más de lo debido sin casi darles alimento.
Eso nos fue debilitando y por ello muchos morimos. A mis padres y a
mí nos enterraron en un espacio que hay en el malecón frente al hotel
y salimos a buscar quien no dé cristiana sepultura a todos porque
fuimos enterrados en fosa común.
Por eso, cuando la gente pasa de noche por el lugar se asusta cuando
nos vé. Entonces mi papá miro a su alrededor y vio varios cadáveres o
fantasmas que lo miraban como si se burlaran del. Él estaba muy
asustado, y en ese instante, recordando un consejo de mi madre- se
persigno y desaparecieron de inmediato.
El quería salir del lugar, pero dice que sentía que lo obligaban a
seguir explorando aquel pasillo largo y oscuro donde se encontraba.
Camino hacia el lado oeste que da hacia el malecón y en ese momento un
olor nauseabundo y fétido penetró en el lugar, casi se asfixio y grito
tan fuerte como pudo DIOS PROTEGEME y al hacerlo sintió una extraña
presencia detrás de él, no sabía que era pero la sentía pues cuando
caminaba ella también lo hacía, el paraba y ella de igual forma se
paraba.
Antes de llegar a las ventanas que dan hacia el malecón
continuó relatando papá encontró un cuarto y quiso ver que había en
él, y vio a los cuerpos de un hombre y una mujer estaban como dormidos
en camisones largos.
Y al voltear para irse hacia la calle empezó a mirar urnas como de
maderas a su alrededor eran féretros en los que varios difuntos
estaban sentados mirándolos sonrientes como los que vio en la sala
donde vio a la niña.
Otra vez gritó pero esta vez les dijo déjenme en Paz carajo vayan a
donde tienen que estar con los muertos y todo desapareció. Allí fue
cuando agarro valor cuando escucho las voces de los curiosos que
llegaron y empezó a correr a lo largo de todo el pasillo y a medida
que lo hacía vio de nuevo a la niña, al perro, al piano, a los
esqueletos y calaveras sin parar hasta hallar a la gente del
pueblo.".
Todos escuchábamos aterrorizados esos cuentos de mi papá, pero gracias
a esos espíritus estamos vivos porque en el año 99 un mes antes del
deslave mi papá soñó con la niña y le dijo sal de aquí llévate a tu
gente o si no todos morirán en la desgracia el hablo con mi mamá y
decidimos alquilar la casa estaba cerca de la plaza de las palomas, y
nos fuimos a vivir a Catia en Caracas exactamente 20 días después
ocurrió la tragedia la casa desapareció junto con la pareja que se
mudo y sus dos pequeños hijos les aseguro por la salud de mis hijos
que esto sucedió tal como se los he relatado.
Hasta el sol de hoy desde ese día le mandamos hacer misas a esa niña
y a todos los muertos que vio papá el 25 de abril en el hotel en
forma de gratitud tenemos mucha gente amiga en la zona y nos dice que
todavía las almas en pena y los fantasmas del hotel MIRAMAR, se
sienten y papá dice que así será hasta que alguien consiga esa fosa
donde fueron enterrados. Espero que lean mi correo e investiguen si
hay casos de este tipo en algún otro hotel donde proliferen espantos y
espíritus , cuídense y felicitaciones por tu programa se despide Ana
Maria..
lunes, 1 de noviembre de 2010
Las mejores y peores formas de morir
No todas las agonías son iguales. Unas pueden ser dolorosas, y otras
dulces como un sopor. Si te interesa saber QUÉ SE SIENTE al morir,
aquí tienes algunos ejemplos.
dulces como un sopor. Si te interesa saber QUÉ SE SIENTE al morir,
aquí tienes algunos ejemplos.
Decapitado
¿Guillotina o hacha? Da igual, porque si nos cortan la cabeza, nada
nos librará de sufrir dos segundos de dolor extremo. La cuchilla
cercena los huesos que unen la cabeza al cuerpo, y eso, según explicó
el forense Harold Hillman en New Scientist: "Tiene que causar un gran
dolor". Grande, pero breve, ya que dos segundos después caeremos
inconscientes por la hemorragia, aunque el cerebro conservará aún
sangre y oxígeno para sobrevivir 15 segundos mas. ¿Explica eso los
casos de cabezas cortadas que mueven los ojos o la boca? Según
Hillman, solo son espasmos involuntarios causados por la agonizante
química cerebral.
¿Guillotina o hacha? Da igual, porque si nos cortan la cabeza, nada
nos librará de sufrir dos segundos de dolor extremo. La cuchilla
cercena los huesos que unen la cabeza al cuerpo, y eso, según explicó
el forense Harold Hillman en New Scientist: "Tiene que causar un gran
dolor". Grande, pero breve, ya que dos segundos después caeremos
inconscientes por la hemorragia, aunque el cerebro conservará aún
sangre y oxígeno para sobrevivir 15 segundos mas. ¿Explica eso los
casos de cabezas cortadas que mueven los ojos o la boca? Según
Hillman, solo son espasmos involuntarios causados por la agonizante
química cerebral.
Ahogado
Aunque muramos en el mar, puede que nuestros pulmones sigan estando
secos. ¿Por qué? Gracias a la laringe, cuyos espasmos impiden el paso
del agua al aparato respiratorio. Pero ni eso nos salvará… El agua
anegará el estómago, y la falta de oxígeno hará que se nos amorate el
rostro y que el cerebro sufra un coma mortal en unos minutos.
Aunque muramos en el mar, puede que nuestros pulmones sigan estando
secos. ¿Por qué? Gracias a la laringe, cuyos espasmos impiden el paso
del agua al aparato respiratorio. Pero ni eso nos salvará… El agua
anegará el estómago, y la falta de oxígeno hará que se nos amorate el
rostro y que el cerebro sufra un coma mortal en unos minutos.
Intoxicado con Gas
El monóxido de carbono provoca una muerte rápida e indolora; por eso
lo llaman el asesino silencioso. En caso de intoxicación, el CO2
sustituye al oxígeno en el organismo, ya que su afinidad para
mezclarse con la sangre es 250 veces superior. La víctima solo nota un
dolor de cabeza seguido de náuseas. Lo más probable es que se quede
dormida antes de morir, pero si intenta huir, no podrá moverse. Los
músculos están agarrotados por el gas, y el desdichado solo puede
reptar unos metros.
Quemado
¿Qué podemos hacer si el fuego nos rodea? Esperar un milagro, porque
en sólo unos segundos las llamas prenderán nuestros cabellos e irán
consumiendo, por este orden, las manos, los hombros, el pecho y el
rostro; aunque no veremos cómo nuestro cuerpo se calcina, ya que los
glóbulos oculares estallarán al contacto con el fuego. Se estima que
el dolor es mil veces superior al que se siente al poner la mano sobre
una sartén al rojo, y dura diez minutos, lo que tardan las llamas en
achicharrar los nervios. Pero, probablemente, moriremos antes por las
gravísimas heridas.
El monóxido de carbono provoca una muerte rápida e indolora; por eso
lo llaman el asesino silencioso. En caso de intoxicación, el CO2
sustituye al oxígeno en el organismo, ya que su afinidad para
mezclarse con la sangre es 250 veces superior. La víctima solo nota un
dolor de cabeza seguido de náuseas. Lo más probable es que se quede
dormida antes de morir, pero si intenta huir, no podrá moverse. Los
músculos están agarrotados por el gas, y el desdichado solo puede
reptar unos metros.
Quemado
¿Qué podemos hacer si el fuego nos rodea? Esperar un milagro, porque
en sólo unos segundos las llamas prenderán nuestros cabellos e irán
consumiendo, por este orden, las manos, los hombros, el pecho y el
rostro; aunque no veremos cómo nuestro cuerpo se calcina, ya que los
glóbulos oculares estallarán al contacto con el fuego. Se estima que
el dolor es mil veces superior al que se siente al poner la mano sobre
una sartén al rojo, y dura diez minutos, lo que tardan las llamas en
achicharrar los nervios. Pero, probablemente, moriremos antes por las
gravísimas heridas.
Sediento
Ya que el exceso de alcohol causa una ligera deshidratación, podemos
imaginar que morir de sed provoca un dolor de cabeza cien veces
superior al de la peor resaca que recordemos. Porque, debido a la
falta de agua, el cuerpo se nutre del líquido cefalorraquídeo del
cerebro, y por tanto, lo seca. Además, tras dos días sin beber,
dejamos de orinar y los riñones se hinchan como un globo, lo que causa
un dolor similar a una puñalada; los ojos se secan y endurecen como si
fueran de cristal. La agonía dura de tres a siete días.
Asfixiado
Un hueso de pollo atascado en las vías respiratorias, o las manos de
un estrangulador alrededor de nuestro cuello, provocan la hipoxia, que
es la falta del suministro necesario de oxígeno a los tejidos y al
cerebro. Las células sanguíneas, desoxigenadas, pierden su color
rojizo y adquieren un tono morado que se refleja en la piel. La
víctima pierde la conciencia en pocos minutos, y muere de un paro
cardíaco
Congelado
Algunas víctimas de muerte por hipotermia se desnudan antes de
fallecer, aunque se ignora la causa. Lo que sí se sabe es que el
peligro comienza cuando la temperatura corporal baja a 35ºC. Tras los
escalofríos iniciales, las manos se entumecen, señal de que nos quedan
90 minutos de vida. Los vasos sanguíneos se hielan, lo que impide la
circulación: en una hora, las extremidades estarán congeladas y el
dolor será atroz. Ates de caer inconscientes por falta de riego
cerebral, algunos se desnudan. ¿Por qué? Las alucinaciones pueden ser
la causa.
Desangrado
Tenemos cinco litros de sangre en el cuerpo; perderla toda puede
llevar desde unos minutos hasta horas, según el tipo de herida. Al
sabio romano Petronio, que se suicidó cortándose las venas durante un
banquete, le dio tiempo a hablar de filosofía. ¿Pero sufrió? En
absoluto. Podemos perder hasta el 15% de la sangre sin sentir más que
un mareo. Pero conforme aumenta la hemorragia, sufriremos una grave
hipotermia, hasta que, tras perder 2,5 litros de sangre, entremos en
coma.
Ya que el exceso de alcohol causa una ligera deshidratación, podemos
imaginar que morir de sed provoca un dolor de cabeza cien veces
superior al de la peor resaca que recordemos. Porque, debido a la
falta de agua, el cuerpo se nutre del líquido cefalorraquídeo del
cerebro, y por tanto, lo seca. Además, tras dos días sin beber,
dejamos de orinar y los riñones se hinchan como un globo, lo que causa
un dolor similar a una puñalada; los ojos se secan y endurecen como si
fueran de cristal. La agonía dura de tres a siete días.
Asfixiado
Un hueso de pollo atascado en las vías respiratorias, o las manos de
un estrangulador alrededor de nuestro cuello, provocan la hipoxia, que
es la falta del suministro necesario de oxígeno a los tejidos y al
cerebro. Las células sanguíneas, desoxigenadas, pierden su color
rojizo y adquieren un tono morado que se refleja en la piel. La
víctima pierde la conciencia en pocos minutos, y muere de un paro
cardíaco
Congelado
Algunas víctimas de muerte por hipotermia se desnudan antes de
fallecer, aunque se ignora la causa. Lo que sí se sabe es que el
peligro comienza cuando la temperatura corporal baja a 35ºC. Tras los
escalofríos iniciales, las manos se entumecen, señal de que nos quedan
90 minutos de vida. Los vasos sanguíneos se hielan, lo que impide la
circulación: en una hora, las extremidades estarán congeladas y el
dolor será atroz. Ates de caer inconscientes por falta de riego
cerebral, algunos se desnudan. ¿Por qué? Las alucinaciones pueden ser
la causa.
Desangrado
Tenemos cinco litros de sangre en el cuerpo; perderla toda puede
llevar desde unos minutos hasta horas, según el tipo de herida. Al
sabio romano Petronio, que se suicidó cortándose las venas durante un
banquete, le dio tiempo a hablar de filosofía. ¿Pero sufrió? En
absoluto. Podemos perder hasta el 15% de la sangre sin sentir más que
un mareo. Pero conforme aumenta la hemorragia, sufriremos una grave
hipotermia, hasta que, tras perder 2,5 litros de sangre, entremos en
coma.
Desde las alturas
La caída desde altura está ciertamente entre las formas más rápidas de
morir; la velocidad Terminal es de aproximadamente 200 kilómetros por
hora, la cual se alcanza si uno se cae desde unos 145 metros más o
menos. Un estudio realizado sobre caídas mortales se que el descubrió
que el 75% de las víctimas mueren en los primeros segundos, o minutos,
tras el aterrizaje.
as mejores y peores formas de morir
L
No todas las agonías son iguales. Unas pueden ser dolorosas, y otras
dulces como un sopor. Si te interesa saber QUÉ SE SIENTE al morir,
aquí tienes algunos ejemplos.
No todas las agonías son iguales. Unas pueden ser dolorosas, y otras
dulces como un sopor. Si te interesa saber QUÉ SE SIENTE al morir,
aquí tienes algunos ejemplos.
Decapitado
¿Guillotina o hacha? Da igual, porque si nos cortan la cabeza, nada
nos librará de sufrir dos segundos de dolor extremo. La cuchilla
cercena los huesos que unen la cabeza al cuerpo, y eso, según explicó
el forense Harold Hillman en New Scientist: "Tiene que causar un gran
dolor". Grande, pero breve, ya que dos segundos después caeremos
inconscientes por la hemorragia, aunque el cerebro conservará aún
sangre y oxígeno para sobrevivir 15 segundos mas. ¿Explica eso los
casos de cabezas cortadas que mueven los ojos o la boca? Según
Hillman, solo son espasmos involuntarios causados por la agonizante
química cerebral.
¿Guillotina o hacha? Da igual, porque si nos cortan la cabeza, nada
nos librará de sufrir dos segundos de dolor extremo. La cuchilla
cercena los huesos que unen la cabeza al cuerpo, y eso, según explicó
el forense Harold Hillman en New Scientist: "Tiene que causar un gran
dolor". Grande, pero breve, ya que dos segundos después caeremos
inconscientes por la hemorragia, aunque el cerebro conservará aún
sangre y oxígeno para sobrevivir 15 segundos mas. ¿Explica eso los
casos de cabezas cortadas que mueven los ojos o la boca? Según
Hillman, solo son espasmos involuntarios causados por la agonizante
química cerebral.
Ahogado
Aunque muramos en el mar, puede que nuestros pulmones sigan estando
secos. ¿Por qué? Gracias a la laringe, cuyos espasmos impiden el paso
del agua al aparato respiratorio. Pero ni eso nos salvará… El agua
anegará el estómago, y la falta de oxígeno hará que se nos amorate el
rostro y que el cerebro sufra un coma mortal en unos minutos.
Aunque muramos en el mar, puede que nuestros pulmones sigan estando
secos. ¿Por qué? Gracias a la laringe, cuyos espasmos impiden el paso
del agua al aparato respiratorio. Pero ni eso nos salvará… El agua
anegará el estómago, y la falta de oxígeno hará que se nos amorate el
rostro y que el cerebro sufra un coma mortal en unos minutos.
Intoxicado con Gas
El monóxido de carbono provoca una muerte rápida e indolora; por eso
lo llaman el asesino silencioso. En caso de intoxicación, el CO2
sustituye al oxígeno en el organismo, ya que su afinidad para
mezclarse con la sangre es 250 veces superior. La víctima solo nota un
dolor de cabeza seguido de náuseas. Lo más probable es que se quede
dormida antes de morir, pero si intenta huir, no podrá moverse. Los
músculos están agarrotados por el gas, y el desdichado solo puede
reptar unos metros.
Quemado
¿Qué podemos hacer si el fuego nos rodea? Esperar un milagro, porque
en sólo unos segundos las llamas prenderán nuestros cabellos e irán
consumiendo, por este orden, las manos, los hombros, el pecho y el
rostro; aunque no veremos cómo nuestro cuerpo se calcina, ya que los
glóbulos oculares estallarán al contacto con el fuego. Se estima que
el dolor es mil veces superior al que se siente al poner la mano sobre
una sartén al rojo, y dura diez minutos, lo que tardan las llamas en
achicharrar los nervios. Pero, probablemente, moriremos antes por las
gravísimas heridas.
El monóxido de carbono provoca una muerte rápida e indolora; por eso
lo llaman el asesino silencioso. En caso de intoxicación, el CO2
sustituye al oxígeno en el organismo, ya que su afinidad para
mezclarse con la sangre es 250 veces superior. La víctima solo nota un
dolor de cabeza seguido de náuseas. Lo más probable es que se quede
dormida antes de morir, pero si intenta huir, no podrá moverse. Los
músculos están agarrotados por el gas, y el desdichado solo puede
reptar unos metros.
Quemado
¿Qué podemos hacer si el fuego nos rodea? Esperar un milagro, porque
en sólo unos segundos las llamas prenderán nuestros cabellos e irán
consumiendo, por este orden, las manos, los hombros, el pecho y el
rostro; aunque no veremos cómo nuestro cuerpo se calcina, ya que los
glóbulos oculares estallarán al contacto con el fuego. Se estima que
el dolor es mil veces superior al que se siente al poner la mano sobre
una sartén al rojo, y dura diez minutos, lo que tardan las llamas en
achicharrar los nervios. Pero, probablemente, moriremos antes por las
gravísimas heridas.
Sediento
Ya que el exceso de alcohol causa una ligera deshidratación, podemos
imaginar que morir de sed provoca un dolor de cabeza cien veces
superior al de la peor resaca que recordemos. Porque, debido a la
falta de agua, el cuerpo se nutre del líquido cefalorraquídeo del
cerebro, y por tanto, lo seca. Además, tras dos días sin beber,
dejamos de orinar y los riñones se hinchan como un globo, lo que causa
un dolor similar a una puñalada; los ojos se secan y endurecen como si
fueran de cristal. La agonía dura de tres a siete días.
Asfixiado
Un hueso de pollo atascado en las vías respiratorias, o las manos de
un estrangulador alrededor de nuestro cuello, provocan la hipoxia, que
es la falta del suministro necesario de oxígeno a los tejidos y al
cerebro. Las células sanguíneas, desoxigenadas, pierden su color
rojizo y adquieren un tono morado que se refleja en la piel. La
víctima pierde la conciencia en pocos minutos, y muere de un paro
cardíaco
Congelado
Algunas víctimas de muerte por hipotermia se desnudan antes de
fallecer, aunque se ignora la causa. Lo que sí se sabe es que el
peligro comienza cuando la temperatura corporal baja a 35ºC. Tras los
escalofríos iniciales, las manos se entumecen, señal de que nos quedan
90 minutos de vida. Los vasos sanguíneos se hielan, lo que impide la
circulación: en una hora, las extremidades estarán congeladas y el
dolor será atroz. Ates de caer inconscientes por falta de riego
cerebral, algunos se desnudan. ¿Por qué? Las alucinaciones pueden ser
la causa.
Desangrado
Tenemos cinco litros de sangre en el cuerpo; perderla toda puede
llevar desde unos minutos hasta horas, según el tipo de herida. Al
sabio romano Petronio, que se suicidó cortándose las venas durante un
banquete, le dio tiempo a hablar de filosofía. ¿Pero sufrió? En
absoluto. Podemos perder hasta el 15% de la sangre sin sentir más que
un mareo. Pero conforme aumenta la hemorragia, sufriremos una grave
hipotermia, hasta que, tras perder 2,5 litros de sangre, entremos en
coma.
Ya que el exceso de alcohol causa una ligera deshidratación, podemos
imaginar que morir de sed provoca un dolor de cabeza cien veces
superior al de la peor resaca que recordemos. Porque, debido a la
falta de agua, el cuerpo se nutre del líquido cefalorraquídeo del
cerebro, y por tanto, lo seca. Además, tras dos días sin beber,
dejamos de orinar y los riñones se hinchan como un globo, lo que causa
un dolor similar a una puñalada; los ojos se secan y endurecen como si
fueran de cristal. La agonía dura de tres a siete días.
Asfixiado
Un hueso de pollo atascado en las vías respiratorias, o las manos de
un estrangulador alrededor de nuestro cuello, provocan la hipoxia, que
es la falta del suministro necesario de oxígeno a los tejidos y al
cerebro. Las células sanguíneas, desoxigenadas, pierden su color
rojizo y adquieren un tono morado que se refleja en la piel. La
víctima pierde la conciencia en pocos minutos, y muere de un paro
cardíaco
Congelado
Algunas víctimas de muerte por hipotermia se desnudan antes de
fallecer, aunque se ignora la causa. Lo que sí se sabe es que el
peligro comienza cuando la temperatura corporal baja a 35ºC. Tras los
escalofríos iniciales, las manos se entumecen, señal de que nos quedan
90 minutos de vida. Los vasos sanguíneos se hielan, lo que impide la
circulación: en una hora, las extremidades estarán congeladas y el
dolor será atroz. Ates de caer inconscientes por falta de riego
cerebral, algunos se desnudan. ¿Por qué? Las alucinaciones pueden ser
la causa.
Desangrado
Tenemos cinco litros de sangre en el cuerpo; perderla toda puede
llevar desde unos minutos hasta horas, según el tipo de herida. Al
sabio romano Petronio, que se suicidó cortándose las venas durante un
banquete, le dio tiempo a hablar de filosofía. ¿Pero sufrió? En
absoluto. Podemos perder hasta el 15% de la sangre sin sentir más que
un mareo. Pero conforme aumenta la hemorragia, sufriremos una grave
hipotermia, hasta que, tras perder 2,5 litros de sangre, entremos en
coma.
Desde las alturas
La caída desde altura está ciertamente entre las formas más rápidas de
morir; la velocidad Terminal es de aproximadamente 200 kilómetros por
hora, la cual se alcanza si uno se cae desde unos 145 metros más o
menos. Un estudio realizado sobre caídas mortales se que el descubrió
que el 75% de las víctimas mueren en los primeros segundos, o minutos,
tras el aterrizaje.
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